domingo, 9 de enero de 2011

Un misterio vienés

Cuando a finales de los años 30 Jorge Luis Borges se interesaba en publicar la traducción castellana de la novela de Leo Perutz El maestro del juicio final, para incluirla en su selecta colección de novelas de misterio de El séptimo círculo, se estaba haciendo justicia a un escritor que empezaba a ser ignorado tras la diáspora vienesa de escritores judíos a la que llevó el advenimiento del nazismo. El sagaz Borges recuperaba una de las obras fundamentales del escritor praguense Leo Perutz, un matemático que hizo carrera literaria en los estertores de la Viena del fin del imperio austro húngaro.
El judío Perutz ha sido emparentado con Kafka en sus novelas e incluso Borges lo define como un Kafka aventurero y, de hecho, comparte con el ilustre narrador la nacionalidad, la época y curiosamente un puesto en la misma empresa, la Assicurazioni Generali (Perutz en la ciudad italiana de Trieste y Kafka en la sucursal de Praga). Más allá de estas coincidencias y tras la lectura de esta novela, no me atrevería a confirmar tal influencia aunque en su obra se aprecia un toque fantástico que lo puede aproximar a los absurdos kafkianos. Pero, ante todo, su única pretensión es ofrecer un relato de misterio para deleite del lector, cosa que consigue en esta obra junto con muchas otras cosas.
Leo Perutz es un escritor praguense, pero su formación es definitivamente vienesa. Cuando se traslada a Viena en 1899, empieza a absorber todo el impresionante mundo creativo que se ha forjado en esa ciudad, quizás el último gran bastión cultural de occidente. Junto a otros jóvenes entra a formar parte de un grupo que frecuenta el café Central que está cercano al café Griensteidl, centros culturales de la ciudad. Sobre esa vida de cafés vieneses escribió Jose María Valverde en su Viena fin de imperio: " Ciertamente, había peligro de creer que la literatura consistía en deslumbrar a los contertulios del café, y de hecho, en los cafés se daban por existentes, y aun por superados, movimientos que apenas habían empezado a existir. En aquel ambiente se lanzaban los descubrimientos: Nietzsche se ponía de moda, y cierta muchacha captaba el interés de las tertulias recitando de mesa en mesa páginas de Kierkegaard. Aquél fue el terreno de aprendizaje de las grandes glorias de las letras de entonces".
En esta época de entre guerras, Leo Perutz adquiere su fama con novelas como Mientras dan las nueve, El marqués de Bolívar, El maestro del juicio finalTurlupin, ejerciendo asimismo de periodista. Sus obras huyen de las vanguardias estéticas y se centran en un tipo de novela histórica con toques fantásticos. Pero la llegada de Hitler al poder lleva a Perutz a forzar su marcha a Israel, donde se instalará definitivamente. Allí no encuentra su espacio vital de creatividad y aunque seguirá publicando, su mundo de ayer, al que hacía referencia Zweig, ya no le pertenece y su fama decae injustamente hasta nuestros días.
Es por tanto de justicia hacernos eco de una obra tan interesante como El maestro del juicio final. La obra de Perutz está planteada como una novela de suspense que se adentra en el género policíaco, pero desbordándolo con sus elementos de fantástico misterio. Y aun así nada es lo que parece ¿o sí?. La explicación de los acontecimientos acaecidos tras unas misteriosas muertes nos llevan a plantearnos sobre la lógica fantástica de los hechos. Se trata de un ser que habla de un misterio con elementos paranormales para justificar su acción o ¿realmente son ciertos los hechos narrados?. Perutz juega hábilmente con los lectores resolviendo el misterio y entregándonos a nuevas dudas que obligan a releer los pasajes para intentar deshacer el ovillo. La acción de esta corta novela se va desarrollando de manera pausada y de la mano del narrador vamos acudiendo a los lugares que pretende mostrarnos hasta desembocar en el misterio fantástico de otros tiempos.
El maestro del juicio final está ambientada en la Viena de 1909 que tan bien conocía el autor. En ella se respira ese ambiente cultural donde los artistas son arrastrados misteriosamente hacia la muerte y en la que la música tiene un papel destacado. Se habla del vals como el ritmo de la vida y la muerte. Y se hace especial mención de una composición que inicia la novela y que ejerce, descrita por el narrador, de resumen de los hechos misteriosos a los que nos quiere llevar. Se trata del segundo movimiento del Trío en si mayor Op. 8 para piano, violín y violonchelo de Brahms: " Un scherzo, sí, ¡pero qué scherzo! Para comenzar, un aire de siniestra jovialidad, una alegría que le hiela a uno la sangre. Una risa fantasmagórica que atraviesa el aire como una exhalación, un frenesí carnavalesco, tétrico y salvaje conducido por personajes con patas de cabra: así es el comienzo, así empieza este extraño scherzo. Y de pronto, desde el fondo de esta bacanal de los infiernos, se libera y emerge destacándose por encima de todo una solitaria voz humana, el gemido de un alma turbada, la voz de un corazón atormentado por la angustia que levanta el vuelo y canta su canción, igual que un lamento.
Pero ahí está de nuevo la carcajada de Satán. Con gesto amenazador vuelve a entremezclarse con la melodía y la convierte en un montón de jirones. Otra vez surge la voz, débil y vacilante, y al recuperar su melodía se eleva hacia lo alto, como si quisiera con ello escapar a otro mundo.
La fuerza, sin embargo, está toda de la parte de los demonios. Ha comenzado el día, el último día, el día del Juicio Final. Satán triunfa sobre el alma del pecador y la voz se precipita con un terrible lamento desde las alturas y se hunde en la desesperación, entre las carcajadas de Judas."

16 comentarios:

  1. Tuve una época muy borgeana, mucho, aunque entendía más bien poco de sus cuentos. Era joven y era sincero... jeje. En los quioscos vendieron las obras capitales de la biblioteca Borges, no sé si recordarás. Compré las que mi bolsillo podían, mira que eran baratas, pero hijo, doscientas pesetas en aquella época eran un fortunón para mí. De El séptimo círculo conozco pocas, hasta Dickens estaba en la lista, algunas ha sido muy difícil cazarlas, aunque tengo la esperanza que ahora, con el e-book sea posible descargarse alguna. Como siempre, atento a tus señales...

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  2. Por mas que me esfuerzo, no logro recordar de que me suena tanto Leo Perutz. Imagino que será de haberle leido alguna referencia a Borges, porque he repasado en tu articulo y en la wikipedia todas sus obras y nunca he leido ninguna, pero estoy seguro que nos hemos cruzado antes. Dicha situación habrá de ser corregida. Buscaré esta obra que nos presentas, parece muy, muy interesante. Seguro que me gusta. Los checos nunca defraudan, ni en literatura ni en música clásica. Gracias por el descubrimiento

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  3. En los últimos años, se ha publicado bastante a Leo Perutz en España. Por lo que recuerdo, Muchnik publicó "Bajo el puente de piedra" a finales de los noventa y, más recientemente, Destino ha recueprado varias de sus obras más importantes, entre ellas "El maestro del juicio final" y también El marqués de Bolibar" o "El Judas de Leonardo". No debería ser difícil dar con ellas en librerías o a través de Iberlibro.

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  4. Adoro ese trío de Brahms. Un pelín acelerado el Scherzo en la interpretación del trío SONaare. Mi versión favorita es la de Istomin, Stern y Rose de 1966 para CBS. Hay otra posterior de 1973 para EMI editada en DVD, pero está muy lejos en intensidad y técnica de la anterior.

    Interesantísima la traducción literaria que nos haces en paralelo al comienzo de la novela de Perutz que estoy deseando leer.

    Tu entrada me ha hecho recordar a Mendel, pero también a Bernhard y El Sobrino de Witgenstein, al Círculo de Viena en filosofía del lenguaje, y a la Primera Escuela de Viena y a la Moderna en música. ¿Será la tarta Sacher?

    Un abrazo.

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  5. Ramon, Borges hizo antologías muy buenas que fueron publicadas en quioscos o en colecciones de alguna editorial. En general hay muy buen gusto y nos traía siempre alguno de sus descubrimientos más extraños. Yo comparto bastante muchas de sus aficiones como el fantástico o el policíaco, por eso no me es extraño la mayoría de lo seleccionado (bueno no me es tan extraño ahora). Si he de elegir me quedo con su Biblioteca de Babel para Siruela, un pequeño lujito de libros muy apreciado por coleccionistas. Veo que ya te has pasado a la técnica electrónica. Yo todavía no estoy preparado, pues estimo demasiado el papel. Un abrazo.

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  6. Oscar eres un atento investigador de libros. Lo más probable es que teniendo en cuenta tu afición borgiana, Leo Perutz aparezca en alguno de sus escritos. Ya sabes que cualquier recomendación del maestro es buena o al menos tiene un punto original y yo he traído aquí muchas historias que vienen directamente del filtro borgiano y siempre han resultado. Misterio, suspense y un toque fantástico muy bien escrito tienen recompensa de lectura atractiva. No paramos de llenarnos el capazo mutuamente. Un saludo.

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  7. Elena como bien dices su obra se ha recuperado en castellano como también lo hizo hace un par de décadas en su idioma. Destino tiene publicadas actualmente varias de sus mejores obras y ahora sólo falta que el público le haga los honores, cosa más complicada. Mi pequeña aportación es el descubrimiento de esta novela que se lee fácil y rápido pero se paladea lentamente. Un saludo.

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  8. Has de saber que ese trío de Brahms está aquí por tí. No me he podido resistir y aunque la versión que traigo no sea la mejor (gracias por darnos la pista adecuada)creía necesario aportar la música y esa excepcional descripción que hace Perutz del movimiento.
    Lo cierto es que indagando un poco en todo ese mundo vienes, dan ganas de leer, mirar y escuchar. Tanto tanto que me he puesto a leer de nuevo a Zweig. Para tí debe ser puro deleite esa época por tu formación y por tus intereses. Un abrazo.

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  9. Estimado Carlos, creo recordar que leí algo de Leo Perutz hace muchísimos años, porque me suena bastante, como un viejo amigo con el que he compartido ratos de lectura. Es posible, pero no puedo asegurarlo. Miro en las estanterías y nada, pero se me han extravíado muchos libros en traslados, así que a saber...

    Lo que me ha gustado mucho es como envuelves a este autor en su tiempo, sobre todo en esa Viena de principios del siglo XX y su ambiente cultural.

    Precioso el Scherzo de Brahms. No existe música que no me guste, qué le vamos a hacer.

    Besos y abrazos, pronto en directo.

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  10. Que ciudad esta, madre. Ni un solo volumen de Perutz en las 4 librerías grandes de por aqui. Intentaré en Iberlibro o Casa del libro a ver.
    Esta noche al llegar a casa miraré en los volumenes de crítica literaria de Borges, a ver si resuelvo mi duda existencial.

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  11. Isabel es que lo que no hayas leído tu. Tu base cultural es tan amplia que siempre me siento acompañado en todo lo que traigo (como con nuestro querido maestro-presi). En "Afinidades vienesas" de Josep Casals se habla mucho y bien de este período de tanta efervescencia cultural.
    Un poco de música para amenizar esta lectura.
    Un abrazo cada vez más cercano querida Isabel.

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  12. Ostras Oscar, lo tuyo es decisión. En fin la locura de los chiflados del libro.
    Yo he buscado en mis volúmenes de Borges pero no he encontrado nada (claro que me faltan sus obras en colaboración y creo que esta colección la dirigía junto a Bioy Casares). Seguimos con el misterio. Un saludo.

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  13. De nuevo vuelves a deleitarnos con otra de tus impares entradas. Además, me fascina esa época y la inexistencia de fronteras culturales. Buscaré esas obras que mencionas y a ver si tengo tanta suerte como tú. Abrazos!

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  14. Te agradezco tu generoso comentario. Hay mucha cosa buena e interesante de esa época y supongo que merece la pena dejarse llevar por ese período para disfrutar del arte en pleno esplendor. Un abrazo.

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  15. Ya sé que en lo que a versiones respecta uno puede parecer maniático e incluso pedante, pero ese disco de Istomin, Stern y Rose es de los primeros que escuché de música de cámara y le tengo un especial afecto. Además de los tres tríos para piano de Brahms, el triple compacto incluye también los dos de Schubert y el primero de Mendelssohn. Una auténtica joya que no dudé en sustraer de la colección de mi padre (con su consentimiento, por supuesto) cuando me marché de la casa familiar hace ya algunos años.

    "El maestro del juicio final" me espera en La Central para ser sustraído por mí de la estantería de "encargos", con el consentimiento de los libreros responsables, previo paso por caja, por supuesto.

    Menudo encuentro organizasteis en Thornton Club. No dudo que disfrutasteis todos mucho de la buena compañía y de los tesoros que el Maestro debe guardar en sus estanterías. He visto la foto en Cabopa y me ha dado cierta envidia, por qué no decirlo; es la única manera que conozco de alegrarme sinceramente por los demás.

    He estado reflexionando sobre vieneses ilustres, tema que me deleita, como bien dices. No me he podido resistir a escribir algo sobre ello.

    Un abrazo.

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  16. Jose un buen aficionado no debe excusarse nunca sobre las versiones que considera mejores, simplemente denotan que tiene oído y buen gusto. Confieso que no tenía la pieza y que por tanto me hice con lo que circulaba por internet, pero ahora ya sé donde acudir para solventarlo.
    Me ruboriza un poco que acabes leyendo casi todo lo que traigo porque me siento responsable en mi intento de no defraudarte y de que no te sientas que has perdido el tiempo. Si alguna vez necesitas algún material no dudes en hacérmelo saber.
    Ya he ojeado tu entrada y me permitirás que la saboree unas cuantas veces más porque he de reconocer que las tuyas siempre me tienen ocupado un tiempecito (de lectura y relectura).
    Lo del Thornton Club fue una auténtica delicia y con vuestra presencia hubiera reinado el glamour berlanguiano. A ver si algún día nos animamos con una cervecita Jose.
    Un abrazo.

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